La vida en blanco
Se sabe que se llego al final del tunel cuando se percibe la luz.
Una que da vida; que hace brillar todos esos colores que en algún momento se tragó la oscuridad.
Se iluminan tonalidades y así se conoce una nueva verdad.
Es el final del túnel, el final del caos y el error. Una salida y una entrada hacía la allegada armonía.
Una vía de alta intensidad. Se aproxíma un momento de pausa, de bajar revoluciones; ver la luz con la calma de ese final y nuevo origen.
Sublimar la vida y la muerte; se funden en este renacer. El que se admira cada instante con la luz y su ilustración.
La vida afuera
Es ahí, en donde lo quiero todo. Un momento vivo; viene y va.
Tal vez nunca se fue; siempre estuvo y siempre estará.
Existe hoy, existe en donde esté: son los pasos que doy, el aire que respiro, la luz que revela, los colores que vivo.
Es el sol que calienta, la luna que guia, las olas constantes, los seres vivos.
Son las sonrisas, es el amor, es la compañia que recibo, la vida que vivo.
Sos vos, soy yo, somos todos y todo. Es lo que me hace sentir viva.
La vida en ciudad
Ví una luz. Sentí una ilusión. Tomé una oportunidad. Huí de donde no quiero estar.
Personas, lugares y momentos; trate de llevarlos conmigo cegandome su lugar natal.
Se pedieron; me perdí con ellos y en busca de un norte me largue con mi única claridad.
La oscuridad de un abismo me, salvó mi deseo de libertad. Dejé esa arrogancia.
Abracé ese sentir. Me desprendí. Después de un tiempo de desvío volví a mí.
Ese instante. En ese existí. Un periodo de deconstrucción y reconstrucción.
Vino y paso. Una andanza infinita en la que hay que dejar ir.
Mi norte esta ahí. Son momentos a los que les llamo hogar.
Se abren mas caminos por andar. Se desconoce en donde se quiere estar.
